Que si De Juana se pone en huelga de hambre, a base de jamón de york, pan de molde, miel y leche. Que si se hace fotos, metiendo tripa, y concede entrevistas en el hospital, gracias a que no se permite a los policías cachear a la novia (de la muerte), por lo cual puede entrar cámaras y otros cachivaches varios. Que si –como consecuencia de su particular huelga de hambre- se está muriendo, pero –aún y así- tiene energía para “pasárselo bomba”, en la ducha y en la cama, con su noviEta vascongada. Que si se quita la sonda por la que es alimentado. Que sí, que sí, que el Ministerio de Interior cede al chantaje del terrorista y le concede la prisión atenuada, no se vaya a morir, y, después, De Juana, es trasladado del hospital madrileño, 12 de Octubre, al hospital de San Sebastián donde será más feliz. Que si los abertzales festejan su llegada y lo reciben como a un héroe. Que sí, que sí, que abandona la huelga de hambre. Que sí, que sí, que pasea, solo y acompañado, por los alrededores del hospital. Que si le operan las almorranas, para que no tenga que sufrirlas más, ni en silencio, ni pegando tiros, ni colocando bombas. Que si dicen que le van a “adornar” con una pulserita, porque le darán el alta y lo dejarán marchar a casa. Que si se enfada y amenaza con ponerse en huelga de hambre, otra vez, porque dice que él no es “un perro”, para llevar pulsera. Pero, ¿quién dijo perro? Semejante comparación sería un agravio a los caninos. ¿Un perro asesinando a 25 personas? Jamás se vio fiera tan feroz.
06 junio 2007
Infamias recurrentes
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