18 junio 2007

Regreso al pasado

Algunos de los acontecimientos que se vienen sucediendo en las últimas semanas recuerdan a lo peor de los años del felipismo. Hemos sabido, en fechas recientes, que los servicios secretos españoles se dedican a controlar los movimientos de empresarios españoles. Tal es el caso de Manuel Pizarro, presidente de Endesa, que, desde que se resistiera hercúleamente a las OPAS progubernamentales por el control de la empresa que preside, viene siendo víctima del acoso, seguimiento y persecuciones de miembros de la Guardia Civil y del CNI.

Las excusas que utilizan para justificar estas conductas inmorales y antidemocráticas rayarían lo irrisorio, si no fuera por lo grave del asunto. Se limitan a decir que “los agentes” pasaban por allí, que todo fue una coincidencia, algo fortuito. ¿Alguien puede creer esto después de leer las informaciones publicadas, con todo lujo de detalles, al respecto? Permítanme que lo dude.

El acoso a Pizarro demuestra que, de nuevo, retornamos al pasado. El Estado vuelve a estar al servicio del interés privado y no del general. Se vuelven a utilizar técnicas gangsteriles, más propias del Chicago de los años treinta que de la España democrática del siglo XXI, para tratar de coartar las libertades de los individuos que no someten su voluntad a los dictados del Gobierno. Vuelven el espionaje chusco y canalla, y las vendettas personales costeadas con dinero público. Vuelven las listas negras y los intentos de caza de los personajes públicos no afectos a la causa. En definitiva, vuelven por donde solían, con la diferencia de que, donde antes estaba Felipe, ahora está Zapatero. Algunas caras han cambiado. Parece que todo lo demás sigue igual.



1 comentario:

Claudedeu dijo...

Zapatero es un buen aprendiz de Felipe. Sólo que incluso le saca ventaja en eso que llaman "maldad".