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@ las clArAs

EL TIEMPO

Cuando no se sabe de qué hablar se habla del tiempo. Hagan memoria. ¿Quién no lo ha vivido en alguna ocasión? Un trayecto en ascensor, una sala de espera de hospital, un pequeño comercio de barrio, la panadería, la “cola” del banco, un viaje en autobús... Lo más socorrido para romper esos silencios incómodos, que resultan inevitables en muchas situaciones de la vida en sociedad, es conversar acerca del tiempo.

De modo que, haciéndome eco del interés que suscita el tema y la cantidad de opiniones al respecto que se generan, doy comienzo a este BLOG escribiendo del tiempo…o algo así: Ahí va…


MAÑANA DE PARAGUAS DIFUNTOS

Vaya “diíta” el de ayer. Llovía como si no costase, vamos, a mares que se suele decir. Me dirigía a la capital de provincia y pensé que, como en otras ocasiones, la situación atmosférica allí sería más serena. Pero no. Nada más allá de la realidad. Estaba totalmente equivocado.

Una vez allí, y cuando caminaba calle abajo, me iba empapando, poco a poco. Pero lo peor era el viento. Que si el paraguas para un lado, que si para el otro, que si para adelante, que si para atrás, y así, anda que te anda. Vamos un espectáculo. Imagínense.

Por lo que vi después no era yo el único que se había peleado con su paraguas. ¡¡Pobres paraguas!! La ciudad se convirtió en un auténtico cementerio, en el que ellos eran los difuntos y sus dueños sentían como se humedecía su rostro, no por pena del paraguas perdido, sino por el agua, que incesantemente caía de un cielo gris ceniza que invitaba a quedarse en casa en torno a la mesa-camilla arropados con las enaguas, y no a cantar bajo la lluvia…al menos no sin antes comprar un paraguas nuevo.