El otro día contemplaba en televisión como las concentraciones pacíficas, a las que muchos ciudadanos asistieron en numerosas ciudades españolas, quedaban –desgraciadamente- ensombrecidas o, en cierta medida, eclipsadas por una en la que unos cuantos radicales se dedicaron a lanzar huevos contra la sede del PSOE en Ferraz, a la vez que gritaban consignas contra Zapatero.
Esto me provocó un profundo malestar, al igual que me ha ocurrido -otras veces- cuando he observado –en numerosísimas ocasiones- como radicales proferían insultos (tales como “asesinos”) y agredían a dirigentes del PP, intelectuales, etc. o atacaban sedes del PP.
Del mismo modo, he de manifestar que –igualmente- me repugna el que algunos medios intenten vincular esa acción a
Los actos violentos –cualesquiera que sean las víctimas de ellos- deben ser condenados con la más absoluta firmeza por cualquier persona que ame
Por cierto, a esos que les gusta tanto lanzar huevos, sean de extrema derecha o de extrema izquierda, desde mi modesta posición, les invitaría a que les den un uso más productivo: utilícenlos para hacerse una tortilla, un huevo frito, cuézanlos, hagan con ellos lo que más les apetezca, pero no los tiren que eso no beneficia a nadie y queda muy feo.
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