23 abril 2007

Warren, la verruga

Tras el “éxito” de campañas publicitarias como aquella que tenía por objeto animar a los jóvenes a votar a favor de la Constitución Europea (utilizando como reclamo la bebida energética Referéndum plus), o de aquella otra que pretendía convencernos de que, con unas “bonitas” zapatillas Keli Finder, podríamos recorrer el camino que nos llevaría a encontrar -en tiempo récord- un piso bueno, bonito y barato; el Consejo de la Juventud de España ha dado a luz una nueva criaturita (¿o debería decir engendro?) que reclama a los jóvenes que “tomen la calle”. Para ello, y a través de un mensaje con tintes de peli de terror para adolescentes, se sirve de un personaje para persuadir a los jóvenes. Este personaje es Warren, la verruga.

Warren no es una verruga cualquiera. Es una verruga con vida propia que, según se dice en el anuncio, puede aparecer en el cuerpo (habitualmente en el rostro) de aquellos que ignoran los problemas sociales, no denuncian las injusticias, etcétera. Warren no tiene piedad. ¡Ay de aquellos jóvenes que no “tomen parte”! Warren truncará sus relaciones afectivas, destruirá sus oportunidades de encontrar empleo y les hostigará, día y noche, incasablemente, hasta que no puedan más. En tres palabras: Arruinará sus vidas. Pero, dicen al final del spot publicitario, esto es –sólo- una leyenda urbana. ¡Vaya! ¡Qué alivio! Seguro que todo el mundo se ha quedado más tranquilo (si es que han conseguido dejar de reírse –del “arte” que tiene los del Consejo- o de llorar –al ver en qué se gasta el dinero de todos los contribuyentes-).

Independientemente de que, esta gente del Consejo de la Juventud, parecen tomar por tontos a todos los jóvenes (visto el contenido y la forma del mensaje), dudo de que su objetivo (y el del gobierno -bajo cuyo paraguas se cobija-) sea que los jóvenes salgan a la calle y reclamen mejoras en el ámbito laboral, una política de vivienda, una educación de calidad, etc. Creo que lo que, de verdad, les satisfaría (sobre todo ahora que se aproximan las elecciones municipales y autonómicas) sería que esa movilización juvenil se manifestase contra la guerra de Irak –¡otra vez! ¡Qué pesadez!-, contra el calentamiento global, contra la globalización…en fin, contra lo de siempre. Y de paso si se le da una collejita al P.P. de vez en cuando, pues mejor que mejor. Muchos se preguntarán: ¿Para eso está el Consejo de la Juventud de España? Claro queda, ¿para qué si no? Otro instrumento más al servicio de los intereses del partido del gobierno.




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