06 junio 2007

Infamias recurrentes

Que si De Juana se pone en huelga de hambre, a base de jamón de york, pan de molde, miel y leche. Que si se hace fotos, metiendo tripa, y concede entrevistas en el hospital, gracias a que no se permite a los policías cachear a la novia (de la muerte), por lo cual puede entrar cámaras y otros cachivaches varios. Que si –como consecuencia de su particular huelga de hambre- se está muriendo, pero –aún y así- tiene energía para “pasárselo bomba”, en la ducha y en la cama, con su noviEta vascongada. Que si se quita la sonda por la que es alimentado. Que sí, que sí, que el Ministerio de Interior cede al chantaje del terrorista y le concede la prisión atenuada, no se vaya a morir, y, después, De Juana, es trasladado del hospital madrileño, 12 de Octubre, al hospital de San Sebastián donde será más feliz. Que si los abertzales festejan su llegada y lo reciben como a un héroe. Que sí, que sí, que abandona la huelga de hambre. Que sí, que sí, que pasea, solo y acompañado, por los alrededores del hospital. Que si le operan las almorranas, para que no tenga que sufrirlas más, ni en silencio, ni pegando tiros, ni colocando bombas. Que si dicen que le van a “adornar” con una pulserita, porque le darán el alta y lo dejarán marchar a casa. Que si se enfada y amenaza con ponerse en huelga de hambre, otra vez, porque dice que él no es “un perro”, para llevar pulsera. Pero, ¿quién dijo perro? Semejante comparación sería un agravio a los caninos. ¿Un perro asesinando a 25 personas? Jamás se vio fiera tan feroz.

Y, ya saben, todo esto en tiempo récord y echando pulsos al Estado, que se deja ganar sin ofrecer resistencia alguna. Al final, según se están desarrollando los acontecimientos, no sería extraño que viésemos a De Juana campando a sus anchas sin pulsera ni “ná”. Si así sucede, será una vileza más que pasará a engrosar la vergonzosa lista de infamias sucesivas de las que venimos siendo testigos de un tiempo a esta parte.

Ahora, ETA rompe el “alto el fuego”, si es que lo hubo en algún momento, y ya, difícilmente, se podrá dar marcha atrás en este y otros asuntos. Ahora, tenemos, de nuevo, a una banda terrorista reorganizada, rearmada, con acceso al censo y con recursos económicos abundantes. Gran parte de ello, consecuencia de la actitud permisiva y laxa que ha tenido el gobierno con los terroristas. Ojala el gobierno rectifique y retorne al Pacto Antiterrorista y a la que es la única vía posible de extinguir la lacra terrorista, esto es, a una política de firmeza bajo el manto del Estado de Derecho. Ojala sea así. Habrá que verlo para creerlo.

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